jueves, 22 de septiembre de 2011

Disponibilidad del agua


DISPONIBILIDAD DE AGUA EN LA ZONA METROPOLITANA
DE LA CIUDAD DE MÉXICO.


En México, existe una disponibilidad natural media de agua de 474 mil al
año, que lo ubica en el ámbito mundial como uno de los países con 
disponibilidad baja.

México cuenta con más de 4 mil 637hm presas, cuya agua se destina para mantos
acuíferos, 104 están sometidos a sobreexplotación. Del total de mantos 
acuíferos se extrae más del 60% del agua subterránea destinada para 
todos los usos.

En el país, existen alrededor de 653 cuerpos de agua subterránea
disminuyendo a un ritmo cercano a 6 km.

Debido a la sobreexplotación, la reserva de agua subterránea está
disminuyendo a un ritmo cercano a 6 km por año.

Al 2004, la disponibilidad natural de agua por habitante en el país fue de
4 mil 505 m anuales; la menor se registró en la región del Valle de México
(188 m/hab) y la mayor en Chiapas (24 mil 549 m3/hab).

La infraestructura para la potabilización del agua suministrada está
constituida por 864 plantas; de éstas 770 se encuentran en operación.
Entre 1980 y 2004 se presentaron 92 ciclones tropicales en las costas de
México, de los cuales 42 tenían intensidad de huracán al llegar a la tierra. 

La gestión del agua en México

Con el objeto de facilitar la organización de la administración y 
preservación de las aguas nacionales, el país está dividido en 13 regiones
hidrológico-administrativas, las cuales están integradas por grupos de 
cuencas hidrológicas –unidad básica de gestión de los recursos hídricos– 
constituidas por municipios completos para facilitar la compilación de la
información socioeconómica. En la cuenca hidrológica se considera la 
forma en la que escurre el agua en la superficie (cuencas hidrográficas), así
como en el subsuelo (acuíferos). El territorio cuenta actualmente con 718
cuencas hidrográficas y con 653 acuíferos, que integran a 37 regiones
hidrológicas que a su vez se agrupan en las 13 regiones
hidrológico-administrativas ya mencionadas.
México es un país de grandes contrastes y carencias respecto al agua. 
La distribución del recurso es muy variable regionalmente, y se encuentra
íntimamente ligada a la satisfacción de las necesidades sociales más básicas
puesto que la disponibilidad de agua en cantidad y calidad es una 
condición necesaria para hacer viable el desarrollo social, económico y 
ambiental de nuestro país. En el tema del agua son especialmente visibles 
las implicaciones que tienen su preservación y cuidado actual respecto de
su disponibilidad para las generaciones futuras. Por lo anterior, la
información sobre el agua es vital para que como sociedad México pueda 
administrar este recurso vital, lo que es reconocido por la legislación 
mexicana vigente, que establece para la CONAGUA la atribución de
integrar un Sistema Nacional de Información sobre cantidad, calidad, usos
y conservación del agua (SINA), con la participación de los Organismos
de Cuenca, en coordinación con los gobiernos de los estados y del Distrito 
Federal, con los Consejos de Cuenca, en concordancia con la Ley del 
Sistema Nacional de Información Estadistica y Geográfia y la Ley Federal 
de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.

DISPONIBILIDAD MUNDIAL DEL AGUA

Hace treinta años la disponibilidad de agua era de 13.000 metros cúbicos
por persona y año, cifra que en la actualidad ha disminuido hasta 6.000
metros cúbicos, y mientras el agua es un recurso que disminuye, la
población aumenta, como ocurre en Asia.

Los principales conflictos se dan en zonas secas o en regiones más áridas,
como Asia central o el norte de África y el principal problema del agua no
es la cantidad sino la calidad, que ha hecho que en algunas zonas la 
mortalidad infantil se haya multiplicado por diez

América del Sur dispone del 26 por ciento de este recurso y tiene el 6 por
ciento de la población, Asia tiene el 60 por ciento de la población y sólo 
dispone del 36 por ciento del agua.


DISPONIBILIDAD EN AMERICA LATINA 


El agua, especialmente para satisfacer las necesidades humanas y para usos de la agricultura, se convierte en el presente y en el futuro en un elemento estratégico que debe ser regulado sobre bases claras y sostenibles desde el punto de vista de acceso, financiamiento, sanidad y conservación.
La población actual en América Latina y el Caribe es de aproximadamente 550 millones de habitantes; en general, la región presenta buenos niveles de servicios hídricos; sin embargo, el abastecimiento de agua cubre aproximadamente al 85% de la población, mientras que el saneamiento del agua cubre el 78%; así, el 87% de la población urbana tiene buen saneamiento del agua, pero solamente el 49% de la población rural lo tiene. (Anaya, 2001)


En Haití, el saneamiento del agua lo tiene solamente el 28% de la población y el abastecimiento del vital líquido lo recibe el 46%, considerando población urbana y rural, es el país mas afectado de la región. En contraste, las Islas Vírgenes Británicas, Barbados y Montserrat presentan casi el 100% en relación al abastecimiento del agua a la población. En el caso de México el abastecimiento de agua abarca el 94% de la población urbana y solamente al 63% de la población rural; en relación al saneamiento, éste llega al 87% de la población urbana y solamente al 32% de la población rural. Otro caso interesante es el de Brasil, con una población de 170 millones de habitantes donde el abastecimiento de agua llega al 95% de la población urbana y únicamente al 54% de la población rural; en el caso de saneamiento, éste llega al 85% de la población urbana y solamente al 40% de la población rural (CONAPO, 2005).
Los sistemas de captación del agua de lluvia (SCALL) para uso doméstico tienen cisternas construidas con diversos materiales los cuales representan una opción para hacer frente a la escasez de agua. La mayoría de los países de la región utilizan las tecnologías de captación del agua de lluvia de los techos y de los pisos, algunos (Islas Vírgenes, Barbados y las Islas Turcos y Caicos) cuentan con legislación y normatividad para captar la lluvia logrando la autosuficiencia.
Las zonas urbanas de América Latina y el Caribe cuentan con redes de agua potable, aunque en algunos países se presentan deficiencias en cuanto al abastecimiento y saneamiento. Lo que es preocupante se refiere a las zonas rurales en donde la falta de agua y de saneamiento provocan enfermedades gastrointestinales y decesos en niños y en adultos.
Una de las soluciones para hacer frente a la escasez de agua potable se refiere al aprovechamiento eficiente de la precipitación pluvial, es decir, el agua de lluvia, ya que un milímetro de lluvia equivale a un litro por metro cuadrado. A pesar de que existen técnicas sobre captación y aprovechamiento del agua de lluvias generadas hace más de 5000 años, éstas no se aplican en forma masiva, lo cual conlleva a la reflexión de que no se ha rescatado y aplicado el conocimiento tradicional. Cerca de 1400 millones de habitantes en el mundo carecen de acceso al agua entubada, una de las metas del milenio se refiere a resolver este creciente problema; sin embargo, a la fecha no se aplican soluciones adecuadas, rápidas y económicas.


En la región de América Latina y el Caribe, cerca de 80 millones de personas no tienen acceso al agua entubada. Lo anterior indica la urgente necesidad de considerar al agua de lluvia como una solución para hacer frente al abastecimiento de agua a nivel de familia y a nivel de comunidad. Es posible captar, almacenar, purificar y envasar agua de lluvia, tal y como lo ha demostrado el Centro Internacional de Demostración y Capacitación en Aprovechamiento del Agua de Lluvia del Colegio de Postgraduados (CIDECALLI-CP). 

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